Flexiones con inclinación
Cómo se hace:
Coloca las manos en una superficie elevada, como un banco, una caja o una barra baja, con una distancia ligeramente mayor al ancho de los hombros. Mantén el cuerpo en línea recta desde los hombros hasta los pies, activando el core y los glúteos. Flexiona los codos para bajar el pecho hacia la superficie elevada, manteniendo los codos en un ángulo de 45 grados respecto al torso. Detente justo antes de que el pecho toque la superficie y empuja de vuelta a la posición inicial, extendiendo completamente los brazos.
Técnica:
Posición inicial: Coloca las manos sobre la superficie elevada con los dedos apuntando hacia adelante y los pies juntos o separados al ancho de las caderas.
Postura: Asegúrate de que el cuerpo forme una línea recta desde los hombros hasta los talones. Mantén el core activado y evita arquear la espalda.
Movimiento descendente: Baja el pecho hacia la superficie, doblando los codos en un ángulo natural.
Movimiento ascendente: Empuja a través de las palmas hasta extender completamente los brazos y regresar a la posición inicial.
Control: Realiza el movimiento de manera lenta y controlada, evitando rebotes.
Tips:
Ajusta la altura de la superficie según tu nivel de fuerza; una inclinación mayor hace el ejercicio más fácil.
Mantén la cabeza en posición neutra, evitando levantarla o bajarla demasiado.
Exhala mientras empujas hacia arriba e inhala al bajar.
No permitas que las caderas se hundan; mantén el torso firme y en línea recta.
Puedes aumentar la dificultad bajando la inclinación gradualmente o añadiendo peso.
Para qué funciona:
Las flexiones con inclinación son ideales para principiantes o para calentar antes de movimientos más exigentes. Este ejercicio reduce la carga sobre el pecho y los hombros, mientras desarrolla fuerza en el tren superior y estabilidad del core.
Músculos trabajados:
Pectorales (principalmente la parte inferior).
Tríceps.
Deltoides anteriores.
Core (como estabilizador).
Serrato anterior.