Lanzamiento de balón medicinal con rotación
Cómo se hace:
Colócate de lado frente a una pared, con los pies separados al ancho de los hombros y ligeramente flexionados para mantener estabilidad. Sujeta un balón medicinal con ambas manos cerca del pecho. Gira tu torso hacia el lado opuesto de la pared para cargar el movimiento, manteniendo los brazos extendidos o semiflexionados. Luego, realiza una rotación explosiva hacia la pared, lanzando el balón con fuerza. Recoge el balón tras el rebote y repite el movimiento.
Técnica:
Ponte de pie con una postura atlética, pies separados al ancho de los hombros.
Sujeta el balón medicinal con ambas manos frente al pecho.
Gira el torso hacia el lado opuesto de la pared mientras cargas el movimiento; los pies pueden pivotar ligeramente para facilitar la rotación.
Gira explosivamente hacia la pared, usando el core y lanzando el balón con fuerza contra ella.
Mantén los brazos activos y el core firme mientras recoges el balón tras el rebote.
Repite el movimiento por un número determinado de repeticiones antes de cambiar de lado.
Tips:
Usa un balón medicinal con un peso adecuado para garantizar explosividad sin comprometer la técnica.
Concéntrate en la rotación del torso, no solo en los brazos.
Mantén el core contraído durante todo el movimiento para proteger la columna.
Exhala al lanzar el balón e inhala mientras lo recoges.
Asegúrate de lanzar desde las caderas y el core, no solo con los hombros.
Practica primero con movimientos más lentos para perfeccionar la técnica antes de añadir explosividad.
Para qué funciona:
Este ejercicio mejora la potencia rotacional y la coordinación, habilidades clave para deportes como béisbol, golf, tenis o boxeo. También fortalece los músculos del core y mejora la transferencia de fuerza desde las piernas hasta los brazos, crucial en movimientos atléticos complejos.
Músculos trabajados:
Oblicuos internos y externos (principal).
Recto abdominal y transverso abdominal.
Músculos estabilizadores de la columna.
Deltoides y pectoral mayor (asistentes en el lanzamiento).
Glúteos y cuádriceps (soporte y generación de fuerza).
Músculos de la parte superior de la espalda, como el trapecio y los romboides, que estabilizan durante el movimiento.